El colectivo PYLAR, banda sevillana oculta bajo unas muy curiosas máscaras, inspirada en la alquimia, ciencias y religiones ocultas, creadores ellos de sonidos únicos, editaron el pasado año su cuarto larga duración, A Ella Te Conduce La Sagrada Espyral (Humo, 2017). Nuevamente, la experiencia de escuchar el trabajo de este quinteto, supone una prueba neuronal y extrasensorial como pocas veces, a día de hoy, se puede encontrar en algún otro trabajo de estilos, digamos, casi parecidos. Porque arrimarse a la propuesta y creencia de PYLAR, no es ni de un día para otro ni tampoco todo músico se desenvuelve, probablemente, cómo estos. Los ocho cortes que forman este nuevo experimento eucarístico celestial, están compuestos de suculentos ritmos que te llevan del oscuro y sagrado doom -menos visible en este trabajo, la verdad- hasta melodías eléctricas, pasando por atmosferas ancestrales, todo lleno de una mística difícil de explicar. Sí, parece una locura, pero es que lo es, y muy sabrosa, además.

Personalmente, me quedo con la apertura y cierre de la obra, concretamente con “Aguas primordiales”, donde un órgano y una dulce melodía, construida por un instrumento de viento -maravilloso-, sueñan por nosotros, gritan por nosotros y viajan por nosotros. Sinceramente, un comienzo magistral. Un corte para la mejor banda sonora de la mejor película de sci-fi. Y el cierre, “Sagrada Espyral”, donde nos volvemos a encontrar con el mismo órgano del comienzo, pero esta vez, con unas notas más encomendadas a un ritual sagrado. ¿Os acordáis del ritual pre-orgía de Eyes Wide Shut, del maestro kubrick?, pues es algo así para que os hagáis una idea. Lo mejor es cerrar los ojos y que las notas musicales desnuden tu enjambre de venas y la voz, la voz de LenguaDeCarpa, perfore tu mente de forma inquietante.

Con los seis temas restantes se puede uno crear diferentes estados físico/metales. “La de Múltiples Rostros”, es el corte más parecido a PYEDRA (2016) (anterior álbum), por dureza y contundencia en sus ritmos, también es el segundo más largo, y el que compositivamente, se lleva la palma de oro. Dicha canción es una gran muestra de que estos tipos no tienen ni muros ni religiones que los paren a la hora de componer y persuadir a sus instrumentos y oyentes. Pasada la mitad del corte, hablo de nuevo del primer tema, ‘desaparece’ esa dureza para zambullimos en una espyral, donde musicalmente, PYLAR, se sacan la cuca y modifican a su antojo nuestro espacio tiempo dejándonos en la nada, en el vacío. ¡Tremendo!

“Alza Tu Vuelo Sobre la Vasta Oscuridad” y “…Y Enrosca Tu Vientre Alrededor del Cosmos”, son ejemplos muy claros de esa misericordia musical. Notas más relajadas y cósmicas, pero sin alzar de todo el vuelo por esta vez. Sonidos de viento que anuncian un nuevo mundo, oscuro y difícil, para poder apreciar la maldad en la que estamos atrapados. Cuerdas de violín, cuerdas de guitarra y mosaicos sonoros que te dejan perplejo.

Pero para descubrir bien las inquietudes de esta banda y terminar por rendirte de una vez por todas, si los aguantas: “El Huevo Cósmico”, un viaje al drone o avant-garde más tenebroso y terrorífico; “Dios-Año”, redobles de batería como si de una procesión se tratara y susurros melancólicos de músicas perdidas, y; “Diosa de la vegetación”, experimentación jazzística pura y dura.

Otro álbum, otra prueba de que PYLAR juegan en una liga muy diferente al resto de bandas, que por lo menos yo, escucho asidua y normalmente. No me entró a la primera ni a la tercera, han tenido que pasar unas cuantas escuchas para poder degustarlo, saborearlo y poder escribir sobre él. Para todos aquellos/as que se atrevan con unos parámetros musicales totalmente distantes de cualquier otra aventura dentro del metal y la experimentación.

(Reigns The Chaos)